Terapia grupal e individual

Psicología y Psicoterapia


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Mayores

 
   Gracias a la plasticidad neuronal (capacidad que el cerebro posee para crear nuevas neuronas y conectarlas entre sí), las habilidades que ejercitamos con regularidad apenas se degeneran; incluso pueden conservarse hasta edades muy avanzadas. El secreto está en usarlas, sino se pierden.  De esta manera, las personas de la tercera edad,  activas y ágiles son capaces de hacer una vida normal de acuerdo al nuevo ciclo de vida, dándoles poca importancia al hecho de que su flexibilidad intelectual varíe. Realmente está variando desde muy temprana edad, por ejemplo, la velocidad de procesamiento de la información va disminuyendo a partir de los veinte años. Sin embargo  el conocimiento sobre acontecimientos,  el juicio global sobre los hechos y la habilidad para regular los sentimientos, aumentan progresivamente hasta la ancianidad. Ello significa que tendemos con la edad a ser más tolerantes al enfado y la frustración.

   A pesar de que la manera en que envejecemos venga determinada, a grandes rasgos, por la genética, el estilo de vida desempeña una función importante. La herencia genética y los factores ambientales se conjugan, de forma que el modo de vida sano puede prevenir los déficits que se producen en edades avanzadas, moldeando la forma de envejecer de cada persona.

   La conducta que tenga una persona  al llegar a mayor depende de las habilidades que haya sido capaz de desarrollar para superar las adversidades durante toda su vida, unidas a la combinación de pérdidas físicas y sociales. Las personas con una amplia variedad de patrones de comportamiento tienen más probabilidades de superar el deterioro físico al llegar a muy mayor.  De aquí podemos deducir la enorme variabilidad entre unas personas y otras, dependiendo de sus características  y en relación con los factores que hayan protagonizado sus vidas.

   Sí durante nuestra vida hemos ignorado emociones relevantes para nosotros, éstas aparecerán cuando seamos ancianos. Tras toda una vida negándonos esos sentimientos terminarán emergiendo, porque están pendientes de resolución y existe una necesidad de resolverlos. En estos casos el  regreso al pasado es un recurso de supervivencia, un proceso de resolución y curación y una forma de suavizar los embates que propicia el propio envejecimiento. Por esta razón muchos ancianos dejan pasar el presente y se trasladan al pasado para resolverlo. A veces un acontecimiento actual puede remitir a un recuerdo de la infancia, fundiéndose presente y pasado. Una pérdida de la vista en el presente puede despertar la sensación vivida hace muchos años cuando nos encerraron en un cuarto oscuro, y aquellos sentimientos ocultos aguardan encogidos en la oscuridad para salir a la luz.

   TERAPIA: Principios básicos

   Los mayores necesitan ser oídos, respetados y sentirse dignos.

   A través de una terapia de apoyo adecuada, la persona mayor puede sentir que sus sentimientos son reconocidos. Utilizando la empatía sintonizamos con la realidad interna de los mayores. La empatía sabe ponerse en el lugar del otro, fomentando la confianza y la seguridad, emergiendo una fuerza que puede renovar el sentimiento de sentirse válido y fuerte para resolver los conflictos inconclusos del pasado.

   Al sentirse dignos, fuertes, queridos, y válidos en el presente, algunos mayores desorientados ya no regresan al pasado; otros, en cambio, deciden seguir en él.  Así pues, no existe una regla matemática aplicable en todos los casos. Lo que sí podemos observar  es que todos se sienten más felices después de una terapia de apoyo, reduciendo el estrés, aumentando la comunicación verbal y no verbal, evitando el abandono de sí mismo, mejorando el aspecto y el bienestar físico, y lo más importante encontrando una justificación de vida y una renovación emocional.